1997, Dario Fo. 1998,
José Saramago. 1999, Günter Grass. 2000, Gao Xingjiang. 2001, V. S.
Naipaul. 2002, Imre Kertés. 2003, J. M. Coetzee. 2004, Elfriede
Jelinek. 2005, Harold Pinter . 2006, Orhan Pamuk. 2007, Doris
Lessing. 2008, Jean – Marie Gustave Le Clézio. 2009, Hertha
Müller. 2010, Mario Vargas Llosa. Una larga nómina de escritores en
los que, salvo algún dramaturgo de pura cepa y dejando a un lado las
excepcionales incursiones en otros géneros de autores como Saramago
o Hertha Müller, lo que se estaba premiando básicamente era el arte
de narrar y, en concreto, en la mayoría de las ocasiones, el oficio
de novelista. Y, en 2011, después de quince años, al fin, los
chicos de la Academia Sueca han decidido llevarme la contraria y han
concedido el Premio Nobel a Tomas Tranströmer, un escritor que ha
dedicado su vida a la poesía. Y digo esto porque, como sabéis los
que me conocéis, siempre he aprovechado cualquier conversación
sobre este galardón para soltar una de mis máximas: “El
Nobel de Literatura parece haberse convertido en un RSS sobre
narrativa”. Si la poesía, en sí misma, no goza de muchos lectores
y, además, un premio tan importante como el Nobel que no necesita
calcular un impacto comercial de sus decisiones, parece ignorarla
durante tantos y tantos años, ¿qué futuro podemos esperar para
este ámbito de la creación? Pero ése es otro debate y ahora toca
manifestar la inmensa alegría que me embarga por el simple hecho del
reconocimiento a la larga labor de un poeta. Alegría que se ve
incrementada por algunos detalles que me hacen sentir una empatía
imaginaria hacia el personaje, detalles relacionados con su vida
personal. Estudió Psicología y la estuvo ejerciendo durante años
en el ámbito penitenciario y eso de compartir la formación, aunque
parezca una tontería, a uno le refuerza. Por otro lado, está esa
extraña historia que ha trascendido desde que la noticia se hizo
pública y, según la cual, Tranströmer sufrió un ictus en 1990 que
le paralizó la mitad derecha del cuerpo y le produjo afasia, algo
que no sería destacable si no hubiera escrito en 1974 los siguientes
versos:
“Entonces llega el derrame cerebral: parálisis en el lado
derecho / con afasia, solo comprende frases cortas, dice palabras /
inadecuadas”. No voy a mentiros. Hasta que se anunció el
premio, este poeta sueco era un perfecto desconocido para mí y lo
que sé de él en la actualidad es lo mismo que puede saber
cualquiera, es decir, lo que se publicó durante aquellos días en
los periódicos. Afortunadamente, hay medios de comunicación que
parecen tomarse medianamente en serio la labor de información y
promoción cultural y fueron varios los periódicos que como El
País, a través de su página web, tuvieron el detalle de
obsequiar a los interesados con un archivo pdf en el que se puede
leer una pequeña selección de poemas del autor sueco pertenecientes
a la antología Deshielo a mediodía,
que ha visto la luz este mismo año en la Editorial Nórdica. En los
poemas que he podido leer (y que podéis consultar si seguís el
enlace), se descubren claramente las características que se han
mencionado como tópicos sobre la poesía de Tranströmer. La fuerza
impositiva de la naturaleza, la presencia innegable de la música,
son los motores de unos poemas que parecen optar, desde mi punto de
vista, por una yuxtaposición de imágenes profundamente líricas más
que por la narración de una secuencia que tenga cierta verosimilitud
con la experiencia humana. Tendré que seguir investigando. Hasta el
momento, si tengo que citar algunos de sus versos, me quedo con
estos:
La
mitad muda de la música está aquí, como el olor
a
resina anda en torno a ramas heridas por el rayo.
En
cada hombre, un verano subterráneo.
1 comentario:
Alguien tuvo la desvergüenza de dejar en esta entrada el siguiente comentario:
"PONS Idiomas dijo...
Hola, quizás os interese saber que tenemos una colección que incluye el relato 'To Room Nineteen' de Doris Lessing en versión original conjuntamente con el relato 'Recitatif' de Toni Morrison.
El formato de esta colección es innovador porque permite leer directamente la obra en inglés sin necesidad de usar el diccionario al integrarse un glosario en cada página.
Tenéis más info de este relato y de la colección Read&Listen en http://www.ponsidiomas.com/catalogo/toni-morrison---doris-lessing.html"
Mi respuesta es:
Pues no, no nos interesa. Lo cierto es que no nos interesa lo más mínimo y me parece muy triste andar buscando la más mínima oportunidad para colocar publicidad encubierta en cualquier sitio. Evidentemente, su patético comentario será borrado en tres, dos, uno...
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