Pues bien, debido a que he planteado un problema (el fracaso en las oposiciones), me veo en la obligación de proponer una solución. Gracias al ingenio empresarial de mi amigo Ignacio Vallejo, tengo un proyecto de negocio que ni el pan de molde. En concreto, se trata de una empresa diversa, multisectorial, integradora, que reúne lo mejor de la hostelería, las confecciones y textiles y el campo de la cultura. Se trata de una mercería-bar de copas-asesoría literaria (ya lo tengo patentado, por si acaso). Mi adorado Aqualon sería un entorno inmejorable. La empresa se llamaría Mercería-pub El soneto alejandrino. Pónganse ustedes en situación. Un cliente vip entra en el local:
- Hombre Alfredo ¿qué tal?
- Pues nada, aquí que le quiero cambiar la botonadura a la americana ésta que me compré hace seis años.
- ¿Y eso? Los botones de cristal son muy elegantes.
- Ya, pero se casa mi chiquillo y ha organizado una boda un tanto punk. Y he pensado que, a lo mejor, tienes por ahí unos botones con la A de anarquía o con unas caninas mismo.
- Algo debo tener en el almacén. Voy a buscarlos. De beber lo de siempre ¿no?
- Sí.
- Pacooooo... Ponle, un vodka con biofrutas al amigo Alfredo.
- Por cierto, ¿todavía no me has corregido el poema que te traje la semana pasada?
- Claro, hombre. Ahora lo vemos. Hay un verso que no me gusta mucho.
- ¿Cúal?
- El cuarto: tengo más penas que una batidora. Métricamente, está muy conseguido, pero teniendo en cuenta que es un homenaje a tu padre, me parece que rompe la estructura del poema. Pero se puede arreglar. Vamos a acabar primero con los botones y ahora lo vemos.
- Hombre Alfredo ¿qué tal?
- Pues nada, aquí que le quiero cambiar la botonadura a la americana ésta que me compré hace seis años.
- ¿Y eso? Los botones de cristal son muy elegantes.
- Ya, pero se casa mi chiquillo y ha organizado una boda un tanto punk. Y he pensado que, a lo mejor, tienes por ahí unos botones con la A de anarquía o con unas caninas mismo.
- Algo debo tener en el almacén. Voy a buscarlos. De beber lo de siempre ¿no?
- Sí.
- Pacooooo... Ponle, un vodka con biofrutas al amigo Alfredo.
- Por cierto, ¿todavía no me has corregido el poema que te traje la semana pasada?
- Claro, hombre. Ahora lo vemos. Hay un verso que no me gusta mucho.
- ¿Cúal?
- El cuarto: tengo más penas que una batidora. Métricamente, está muy conseguido, pero teniendo en cuenta que es un homenaje a tu padre, me parece que rompe la estructura del poema. Pero se puede arreglar. Vamos a acabar primero con los botones y ahora lo vemos.