En
una sociedad como la que sufrimos, “La ciudad” de Lara Moreno (Editorial Lumen)
es un libro necesario. En una sociedad en la que hay grupos de poder que pretenden
negar la evidencia, en la que hay mucho dinero al servicio de la construcción
de un discurso cultural que no tiene ningún fundamento fáctico, “La ciudad” es
mucho más que una novela, una magnífica novela que obliga a quienes la leen a volver
la mirada hacia la realidad y que desglosa algunas de las violencias que
atentan en nuestro día a día contra las mujeres. En la página 82, la autora nos
espeta: “Siempre es ridícula la violencia
un segundo antes de que empiece a ser insoportable.” Quien no sepa ver en
la cita un reflejo del tiempo que nos ha tocado vivir, no merece que se le den
más explicaciones. Sin embargo, en ningún momento deja de ser el texto un
preciso artefacto narrativo. La lectura de sus ágiles capítulos supone la
inmersión en las vidas de tres mujeres tan distintas como unidas por la invisibilidad
social de sus tragedias. “La esclavitud
luce cadenas invisibles” puede leerse en la página 282, pero es una idea que
viene tomando forma desde que arranca la novela en un apartamento de la
madrileña Plaza de la Cebada. Con un lenguaje que perfila lo abominable, con un
vocabulario que nombra el infierno interior, el abismo doméstico, las tres historias
se van cruzando y desarrollando sin mezclarse, dando así fe del aislamiento en
que se asfixian sus protagonistas. Por todo ello, pienso que deberíamos congratularnos
de la publicación de libros como “La ciudad”. Después de todo, esa es la más
clara muestra de que aún no lo han conseguido, aún no han logrado encalar la
sociedad, ni ocultar los relieves y las diferencias. Pienso, además, que es nuestra
obligación como lectores y lectoras no dejar que libros como este queden circunscritos
a determinados círculos de afinidad cultural o ideológica. “La ciudad” es una
novela con valor de respuesta, con fuerza de argumentario desde su capacidad
para generar empatía. Es cierto que, para entenderla hasta sus más profundas
implicaciones, para asumir la existencia de lo que nos plantea, se requiere
probablemente una predisposición, un marco previo de apertura y sentido común
que, por desgracia, es cada vez menos habitual. Pero, al mismo tiempo, es innegable
el poder de convicción de una buena historia, es decir, de una historia bien
contada y eso con Lara Moreno está garantizado.
sábado, 1 de julio de 2023
La ciudad
Etiquetas:
Lara Moreno,
Libros,
Narrativa
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