martes, 22 de noviembre de 2011

Desde la urgencia: el Festival de Cine Iberoamericano 2011

La semana en que se celebra el Festival de Cine Iberoamericano en Huelva es, probablemente, la mejor del año en esta ciudad. Siempre que vuelvo al Festival lo hago con urgencia, con prisa, como si toda la programación fuera a desvanecerse de repente si no puedo acudir a la película que he planeado. Camino con nervios y, al mismo tiempo, con esa seguridad de quien encontrará caras conocidas aunque todavía no sabe cuáles. Por eso, es una satisfacción saludar brevemente en la puerta, mantener conversaciones mínimas antes entrar en las salas, elegir con libertad la butaca en la que ver la película. Sí, ya sé que la escasez de público, que la mayoría invitaciones (yo pago mi entrada, que quede muy clarito); pero teniendo en cuenta que es lunes, noviembre, diez y media de la noche, si mis cálculos de unas veinte personas son acertados, la verdad es que no me parece una cifra tan baja. Cuestión de percepciones. Otro factor es la película. No venimos precisamente a consumir un atracón de efectos digitales en tresdé. La cinta es chilena y se llama Ulises. Y dibuja con con crudeza realista pero sin caer en el catastrofismo el retrato de un inmigrante peruano en Chile, de los largos silencios en los que se instala el desarraigo, de la incapacidad sentimental y erótica de quién tiene los ojos cegados por la niebla de otro tiempo pasado que no olvida, de otro escenario presente al que no asiste. En definitiva, mi primera incursión a esta edición de 2011 ha sido positiva. Habrá que seguir indagando estas ventanas.



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