Un niño ahoga su último grito y se desmaya y, en ese grito, está cifrada toda una generación. Una conversación que se queda a medias y uno quisiera expresarla en toda su complejidad, con todos los pensamientos que la atraviesan. Ese extraño olor a verano, con el que se perfuman algunas tardes de domingo, un olor que apenas dura unos segundos y se diluye. Una vez actúa la máquina depuradora que es la creación poética, hay muchas cosas que pierden su sitio y se quedan, invisibles, a la sombra del poema.
3 comentarios:
esostá mu bien kikelón...
palabra de juanluzzz
Anda, si has mejorado el diseño y todo...
¿para cuándo quedamos en Huelva y hacemos una caldereta poética? ?hein?
un cierto abrazo, Nacho
"Ese extraño olor a verano, con el que se perfuman algunas tardes de domingo, un olor que apenas dura unos segundos y se diluye."
Gran kike, puedo robártelo y decir que es mío? Únicamente con fines coitales, of course. Los derechos de autor serán siempre tuyos!!
Un abrazo rico en proteinas y oligoelementos.
Pablo.
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