lunes, 16 de abril de 2007

La sombra del poema

Un niño ahoga su último grito y se desmaya y, en ese grito, está cifrada toda una generación. Una conversación que se queda a medias y uno quisiera expresarla en toda su complejidad, con todos los pensamientos que la atraviesan. Ese extraño olor a verano, con el que se perfuman algunas tardes de domingo, un olor que apenas dura unos segundos y se diluye. Una vez actúa la máquina depuradora que es la creación poética, hay muchas cosas que pierden su sitio y se quedan, invisibles, a la sombra del poema.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

esostá mu bien kikelón...

palabra de juanluzzz

Anónimo dijo...

Anda, si has mejorado el diseño y todo...

¿para cuándo quedamos en Huelva y hacemos una caldereta poética? ?hein?

un cierto abrazo, Nacho

Anónimo dijo...

"Ese extraño olor a verano, con el que se perfuman algunas tardes de domingo, un olor que apenas dura unos segundos y se diluye."

Gran kike, puedo robártelo y decir que es mío? Únicamente con fines coitales, of course. Los derechos de autor serán siempre tuyos!!

Un abrazo rico en proteinas y oligoelementos.

Pablo.

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